Introducción
Las infecciones en la articulación esternoclavicular son infrecuentes, representando menos del 1% de todas las infecciones articulares. Se presentan generalmente como artritis séptica u osteomielitis. Los factores de riesgo incluyen el uso de drogas intravenosas y la inmunosupresión. A continuación, se describe un caso sin estos factores, cuyo único antecedente relevante es una intervención estética.

Caso
Hombre de 44 años consulta por dolor esternal irradiado al miembro superior izquierdo, con una evolución de siete días. Acudió en dos ocasiones a atención médica por limitación funcional y aumento del dolor, recibiendo tratamiento sintomático. Entre sus antecedentes, destaca una reparación del músculo pectoral mayor izquierdo hace dos años y un implante capilar hace cinco semanas. Negó hábitos tóxicos o heridas recientes. En el examen físico, se encontraba subfebril, con aumento de volumen, eritema leve y dolor en la unión esternoclavicular izquierda, sin crepitación, pero con dolor en los músculos esternocleidomastoideo y trapecio izquierdos. En el cuero cabelludo, donde se implantó el cabello, se observaron varias pústulas pequeñas. Los estudios mostraron leve leucocitosis (11,000 células), neutrofilia y eritrosedimentación elevada (52 mm/h). Se descartó infección por VIH. La tomografía torácica reveló un aumento del tamaño de la cápsula articular esternoclavicular izquierda y de los tejidos blandos adyacentes. Una muestra articular guiada por tomografía, aunque no mostró un recuento leucocitario significativo, reveló en el cultivo Staphylococcus aureus meticilino sensible (SAMS). Antes del tratamiento antibiótico empírico, se tomaron hemocultivos, que resultaron positivos para Staphylococcus aureus meticilino sensible en dos de dos muestras. Con base en estos resultados, en conjunto con el equipo de infectología, se decidió completar el tratamiento con ceftriaxona durante seis semanas. El paciente mostró una evolución favorable, con disminución del dolor y del tamaño de la articulación.

Comentario
El caso se interpreta como una artritis séptica esternoclavicular, basada en la evidencia clínica, imagenológica y microbiológica. Se postula que la sobreinfección de los folículos pilosos en el área del implante capilar fue el origen de la infección. Este caso es notable debido a la rareza de la infección en pacientes inmunocompetentes y por estar asociada a un procedimiento estético con baja tasa de complicaciones. Es fundamental un diagnóstico precoz, ya que la localización de estas infecciones puede llevar a complicaciones graves como sepsis o compromiso mediastinal, a veces requiriendo cirugía.

Conclusión
Este caso resalta la importancia de considerar infecciones atípicas en pacientes sin factores de riesgo clásicos. El tratamiento antibiótico dirigido permitió una evolución favorable sin intervención quirúrgica, recordando que la detección temprana y manejo adecuado son clave para evitar complicaciones graves.