"REVELANDO LA ENDOCARDITIS: UN ESTUDIO DESCRIPTIVO EN EL HOSPITAL SAN MARTÍN" (#21559)
Introducción
La endocarditis infecciosa (EI) es una enfermedad rara con una incidencia de 3,1 a 3,7 casos por cada 100.000 habitantes al año. A pesar de los avances en su tratamiento, la mortalidad se mantiene alta, oscilando entre el 23,5 % y el 38 % en el entorno hospitalario, donde un tercio de los casos se adquieren.
Materiales y Métodos
Se realizó un estudio descriptivo y observacional retrospectivo en un hospital de adultos, analizando casos de EI entre julio de 2023 y agosto de 2024.
Análisis de los datos
Se identificaron 21 casos de EI, con predominancia masculina (12 hombres, 6 mujeres). La media de edad fue de 54,7 años para hombres y 49,6 años para mujeres, el 43 % de los pacientes tenía más de 60 años. Solo un caso se relacionó con válvula protésica; la válvula aórtica nativa fue la más afectada (12 casos), seguida de la válvula mitral nativa (7 casos). El microorganismo más común fue Staphylococcus aureus meticilino sensible, presente en el 47 % de los casos. Se identificó el foco de infección en la mitad de los pacientes, principalmente en piel y partes blandas.
El 62% de los casos tuvieron diagnóstico inicialmente con ecocardiograma doppler transtorácico. En 5 pacientes se identificaron signos compatibles únicamente con ecocardiograma transesofágico.
Entre las comorbilidades, 10 pacientes tenían hipertensión arterial y 6 diabetes mellitus. Las alteraciones valvulares incluyen estenosis aórtica e insuficiencia aórtica severa.
En términos de complicaciones, 15 pacientes experimentaron complicaciones locales, siendo la más común la insuficiencia aórtica moderada-severa (46,6 %), seguida de la insuficiencia mitral severa (26,6 %), y se registraron rupturas de valva mitral en 2 pacientes. Las complicaciones a distancia afectaron a 13 pacientes, con los impactos sépticos cerebrales como los más frecuentes (46 %), seguidos por lesiones en pulmón (30 %), esplénicos (15 %), y solo 1 paciente presentó impactos a nivel retiniano.
Durante el seguimiento, 12 pacientes cumplieron criterios para cirugía, 8 recibieron intervención quirúrgica, con un promedio de 46 días desde el diagnóstico. El tratamiento antibiótico se administró durante un promedio de 41,9 días, y el 52 % de los pacientes tuvo una evolución favorable, aunque el 38 % falleció.
Discusión: Los resultados muestran una alta prevalencia de EI, con predominancia en hombres y en pacientes mayores. La alta mortalidad y la necesidad de intervención quirúrgica destacan la gravedad de la enfermedad. No obstante, un 52 % de los pacientes logró el alta domiciliaria, sugiriendo que un manejo adecuado puede mejorar los resultados, aunque se necesita seguimiento a largo plazo para aquellos que requieran tratamiento supresor.
El 62% de los casos tuvieron diagnóstico inicialmente con ecocardiograma doppler transtorácico. En 5 pacientes se identificaron signos compatibles únicamente con ecocardiograma transesofágico.
Entre las comorbilidades, 10 pacientes tenían hipertensión arterial y 6 diabetes mellitus. Las alteraciones valvulares incluyen estenosis aórtica e insuficiencia aórtica severa.
En términos de complicaciones, 15 pacientes experimentaron complicaciones locales, siendo la más común la insuficiencia aórtica moderada-severa (46,6 %), seguida de la insuficiencia mitral severa (26,6 %), y se registraron rupturas de valva mitral en 2 pacientes. Las complicaciones a distancia afectaron a 13 pacientes, con los impactos sépticos cerebrales como los más frecuentes (46 %), seguidos por lesiones en pulmón (30 %), esplénicos (15 %), y solo 1 paciente presentó impactos a nivel retiniano.
Durante el seguimiento, 12 pacientes cumplieron criterios para cirugía, 8 recibieron intervención quirúrgica, con un promedio de 46 días desde el diagnóstico. El tratamiento antibiótico se administró durante un promedio de 41,9 días, y el 52 % de los pacientes tuvo una evolución favorable, aunque el 38 % falleció.
Discusión: Los resultados muestran una alta prevalencia de EI, con predominancia en hombres y en pacientes mayores. La alta mortalidad y la necesidad de intervención quirúrgica destacan la gravedad de la enfermedad. No obstante, un 52 % de los pacientes logró el alta domiciliaria, sugiriendo que un manejo adecuado puede mejorar los resultados, aunque se necesita seguimiento a largo plazo para aquellos que requieran tratamiento supresor.
Conclusiones
La presentación clínica de la EI varía según las características del paciente y la virulencia del patógeno. Se recomienda un enfoque multidisciplinario, conocido como "equipo de endocarditis", que adapte el tratamiento a las necesidades clínicas y epidemiológicas locales, asegurando un diagnóstico y tratamiento temprano.