MIOCARDIOPATÍA DILATADA: IMPACTO DE LA CARDIO-RESONANCIA EN SU DIAGNÓSTICO Y PRONÓSTICO (#21992)
Introducción
La miocardiopatía dilatada (MCD) se define como la presencia de dilatación del ventrículo izquierdo con disfunción sistólica, en ausencia de sobrecarga, enfermedad coronaria o valvular. Su incidencia es de 1/ 2500 habitantes. Presenta elevada morbimortalidad y es la primera causa de trasplante cardiaco.
Caso
34 años, sexo femenino. Obesidad mórbida. No tóxicos. Sin antecedentes familiares de cardiopatía. MCD con FEVI reducida diagnosticada a los 30 años, de etiología no aclarada. Abandono de tratamiento.
Ingresa por insuficiencia cardiaca global descompensada. Se plantea progresión de la enfermedad.
ECG: ritmo sinusal, BCRI. Ecocardiograma Transtorácico: cardiopatía dilatada con severa disfunción de ambos ventrículos FEVI 18%. Cardio- RNM: Dilatación del ventrículo izquierdo, FEVI 12 %. Fibrosis no isquémica inferolateral de probable etiología idiopática.
Se inició tratamiento fisiopatológico de la falla cardiaca, con buena respuesta. Fue valorada por Equipo de Trasplante Cardiaco.
Comentario
La MCD puede tener etiologías genéticas y no genéticas. Las no genéticas se clasifican en tóxicas, metabólicas, infecciosas , autoinmunes y puerperales.
En los últimos años, se incorporaron la Cardio Resonancia y el estudio genético para el diagnóstico y caracterización de la miocardiopatía.
Con respecto a la MCD familiar, el estudio genético está indicado cuando existen al menos dos familiares de primer y segundo grado afectados en tres generaciones o antecedente de muerte súbita en familiar de primer grado antes de los 50 años. La cardio RNM es el estándar en el diagnóstico y representa un gran avance , para la estratificación del riesgo y orientación etiológica. Mediante el estudio del realce tardío con gadolinio identifica distintos patrones de distribución de fibrosis cardiaca. Permite valorar la respuesta al tratamiento y tiene valor en la indicación de cardiodesfibrilador como prevención primaria y en la terapia de resincronización.
Conclusión
La MCD tiene una mortalidad de hasta un 50% a los 2 años del diagnóstico. Los avances en los estudios imagenológicos permiten un diagnóstico precoz, estratificar el riesgo e iniciar tratamiento oportuno que reduce la morbimortalidad. Sin embargo el trasplante cardiaco es la única opción terapéutica que podría aumentar la sobrevida y la calidad de vida. La valoración temprana por un equipo de trasplante cardiaco forma parte de una estrategia pertinente e integral de esta enfermedad.